Uno de los objetivos del segundo ciclo es que los niños avancen en sus estrategias de resolución
de cálculos de división. Es importante subrayar que el algoritmo de la división
no es el único procedimiento posible para realizar los cálculos. Por otro lado, aprender
a dividir es mucho más que conocer el algoritmo, más aun teniendo en cuenta que hoy
están ampliamente disponibles instrumentos como la calculadora que permiten realizar
esos cálculos. Saber dividir es reconocer cuáles son los problemas en los que se puede usar
una división para resolverlos y cuáles no; es entender las relaciones que se establecen entre
el dividendo, el divisor, el cociente y el resto; es decidir si el resto tiene o no un papel en
la respuesta a un problema y es también disponer de diversos procedimientos de cálculo.
A continuación, se proponen algunas sugerencias para la intervención en el aula:
- Es importante hacer explícita la relación entre multiplicación y división. En ese sentido
es central retomar el trabajo iniciado en 3º grado estableciendo que 32 ∶ 8 es igual
a averiguar por cuánto hay que multiplicar a 8 para obtener 32, y el uso de la tabla pitagórica
es una herramienta que permite encontrar el resultado de una división (y no
solo de una multiplicación). Se pueden prever propuestas que avancen en un primer
momento en la relación de la multiplicación con la división sobre números que están
en la tabla pitagórica (por ejemplo 42 ∶ 7); luego con divisiones con resto diferente de
0 pero que encuentran respuesta en la tabla (por ejemplo 39 ∶ 5). En estos casos, es
importante discutir con los alumnos que, si bien el número a dividir no se encuentra
directamente en la tabla, es posible utilizarla ubicando otro número cercano pertinente.
Es valiosa la discusión sobre cuál es el número de la tabla que sirve, ya que a veces
los niños eligen el número que está más cercano al dividendo, sin considerar que debe
ser menor que él y no mayor. Intervenir, recuperando la relación de los números con
el problema que se está resolviendo puede resultar fértil. Por ejemplo: ¿Podés usar 40
caramelos para repartir si solo tenés 39? Si le das 8 a cada uno, usás 40 caramelos, ¿tenés
40 caramelos para usar? ¿Cuántos caramelos dice el problema que teníamos?, etcétera. Finalmente,
se trata de avanzar con cálculos que se extiendan a números mayores que ya
no están presentes en la tabla (por ejemplo 84 ∶ 7), para que por último los niños empiecen
a aproximar el cálculo mental usando las multiplicaciones por 10, 100, 1.000,
por 20, 30, etcétera. Por supuesto, para que esta relación entre la multiplicación y la
división pueda construirse con sentido, es necesario que antes los niños hayan tenido
la oportunidad de resolver muchos y variados problemas de repartos y particiones,
ensayando diversos procedimientos a través de gráficos, cálculos de suma o resta. Este
es un trabajo fuerte de primer ciclo que hay que retomar al inicio de segundo ciclo.
- La presentación de los algoritmos tiene que estar precedida de un fuerte trabajo sobre
estrategias diversas de cálculo mental. El algoritmo introduce una forma diferente de
organizar los procedimientos y las escrituras que efectivamente ya se realizan. Una
vez que la mayor parte de los niños resuelve divisiones mediante aproximaciones
multiplicativas, se podría presentar el algoritmo extendido de la división, relacionándolo
con esos procedimientos.
Las siguientes son producciones de niños que se apoyan en cálculos multiplicativos (multiplicaciones
por 10, o por 10, 11, 12, etcétera) para resolver situaciones de división.
En otra situación, frente al problema Manuel tiene que repartir 90 huevos en hueveras de 6 cada una. ¿Cuántas hueveras puede llenar?, otro alumno resuelve de esta manera:
A partir del análisis de estos procedimientos, en particular de los procedimientos similares
al último, se podrían escribir conclusiones que sistematicen las estrategias que
se apoyan en aproximaciones multiplicativas. Un ejemplo podría ser:
Cuando dividimos números que no están en la tabla pitagórica pues son números más grandes que los
que están en ella, podemos ir repartiendo por partes hasta completar un total.
Por ejemplo, para dividir 80 caramelos en bolsas de a 5 caramelos, podemos pensar que 10 × 5 = 50, entonces
puedo armar 10 bolsas, usando 50 caramelos, y quedan 30 caramelos por embolsar.
Con esos 30 puedo armar 6 bolsas pues 6 × 5 = 30. Entonces, finalmente armamos primero 10 bolsas,
luego 6 bolsas, son 16 bolsas en total.
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Estos pasos de resolución que realizan los niños son muy similares al funcionamiento
que tiene el algoritmo de la división.
Puede resultar valioso, y ayuda a dar sentido a ese procedimiento, que se vincule cada
paso del cálculo con el problema que se está resolviendo. En este: Uso 10 hueveras,
entonces saco 60 huevos (6 × 10) y los resto a los 90. Todavía me quedan 30 huevos por ubicar (90 – 60). Puedo usar 5 hueveras en las que entran 30 huevos (5 × 6), etcétera. Lo
que está detrás de este procedimiento es la posibilidad de hacer repartos “por partes”
apoyándose en las multiplicaciones por 10, por 100 o por otros números redondos.
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En muchos casos, puede ser una ayuda registrar las multiplicaciones intervinientes
y relacionar gráficamente esas multiplicaciones con sus resultados. Escribir todas las
multiplicaciones que se van utilizando también es un apoyo útil para poder controlar
y reconstruir los pasos que se fueron haciendo cuando se hace necesario revisar el
procedimiento frente a un error. La transparencia de los cálculos intermedios que se
realizan ayuda a la comprensión y al control.
- Cuando se proponen situaciones para que los niños resuelvan divisiones con números
mayores es muy importante que los divisores elegidos sean números que permitan
cálculos de multiplicación más o menos sencillos (24, 15, 32, etcétera). No tiene sentido
en la enseñanza presentar divisiones de números muy grandes, con divisores que
resulten complejos de “manipular”.
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Un avance posterior será lograr que los niños “acorten” los pasos intermedios involucrados
en el procedimiento algorítmico. A continuación, se analiza un ejemplo
posible de intervención que permitiría el avance en ese sentido.
Joaquín produjo este cálculo:
Frente a esta producción, el docente podría preguntar: Acá pusiste dos veces el 100, ¿podría ponerse directamente el 200? Entonces, ¿cuánto tendrías que restar? ¿Podría ser?, con la intención de que el alumno pueda empezar a reconocer que multiplicar dos veces por 100 es como multiplicar por 200 directamente. Lo mismo para el uso del 10 reiteradas veces. Esto requiere que se haya trabajado previamente la multiplicación por números múltiplos de 10 (20, 30, 40, 200, 300, etc.).
Hay varias actividades posibles que tienen como propósito ayudar a los niños a “acortar”
los pasos intermedios y hacer más eficiente este procedimiento. A continuación, se describen
algunos ejemplos, entre otros posibles, de estas actividades:
- Presentar un cálculo ya resuelto y proponer que se vuelva a realizar, pero en menor cantidad de pasos.
Acortá esta cuenta para que quede resuelta en menos pasos.
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- Proponer realizar una cuenta a partir de algunas multiplicaciones ya dadas, para
que se pueda elegir las más convenientes.
Resolvé la siguiente división usando las multiplicaciones que te sirvan.
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Como ya se señaló, es importante recordar que el algoritmo no debe ser la cuestión
central de trabajo en la enseñanza de la división. El esfuerzo tiene que estar puesto
en que los alumnos puedan reconocer cuándo la división es un cálculo apropiado
para utilizar en la resolución de una situación. Por eso, en muchas situaciones es
conveniente proponer a los niños que usen la calculadora para encontrar la respuesta
a los cálculos en lugar de resolver “con lápiz y papel”.
- Enseñar a realizar cálculos estimativos resulta fundamental para que los alumnos
construyan estrategias de anticipación y control de los resultados obtenidos,
tanto cuando realizan cálculos mentales, algorítmicos o cuando utilizan la calculadora.
Saber con anticipación entre qué números puede estar el resultado de un
cálculo es un conocimiento que luego permite controlar si el resultado obtenido
es posible o no. Es interesante cuando se enseña a los niños a estimar el resultado
de un cálculo pedirles por un tiempo que primero hagan la estimación, luego el
cálculo y al final controlen con la calculadora el resultado obtenido. En el caso de la división, la estimación de los resultados está ligada a las multiplicaciones por
potencias de 10.
Por ejemplo, antes de realizar el cálculo 5.950 ∶ 28, se puede proponer a los niños
realizar algo similar a lo siguiente:
El resultado…
¿Podrá ser 10?; 28 × 10 = 280, es muy poco.
¿Podrá ser 100?; 28 × 100 = 2.800, es muy poco.
¿Podrá ser 1.000?; 28 × 1.000 = 28.000, me pasé.
Entonces el resultado tiene que ser más de 100 y menos de 1.000.
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A partir de esta discusión, se podrá establecer con los niños que el cociente tendrá
entonces tres cifras. En este sentido un avance esperable es que los niños puedan
realizar estimaciones más precisas. Siguiendo el mismo ejemplo, se podría preguntar
si el resultado dará más o menos de 500, o si va a estar más cerca de 100 o de 1.000.
Algunos ejemplos de actividades para trabajar la estimación de resultados en cálculos
de división:
Sabiendo que:
24 × 10 = 240
24 × 100 = 2.400
24 × 1.000 = 24.000
24 × 10.000 = 240.000
Indicá si:
a) 245 ∶ 24 va a dar un número mayor, menor o igual a 10
b) 2.000 ∶ 24 va a dar un número mayor, menor o igual a 100
c) 23.598 ∶ 24 va a dar un número mayor, menor o igual a 1.000
d) 32.597 ∶ 24 va a dar un número mayor, menor o igual a 1.000
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Para cada una de las siguientes divisiones, te proponemos tres números. Señalá
el más cercano al cociente y explicá cómo te diste cuenta.
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a) 436 ∶ 25 |
20 |
10 |
30 |
b) 6.000 ∶ 45 |
100 |
200 |
300 |
c) 738 ∶ 95 |
10 |
15 |
5 |
Encuadrar el cociente entre dos potencias de 10 es una estrategia que puede resultar
de ayuda tanto para controlar el resultado de una división como para anticipar, antes
de realizar el cálculo, la cantidad de cifras del cociente.
Completá la siguiente tabla de resultados aproximados de la división. El resultado de cada cálculo será:
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Menor que 10 |
Mayor que 10,
pero menor que 100 |
Mayor que 100,
pero menor que 1.000 |
Mayor que 1.000 |
487 ∶ 12 |
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1.730 ∶ 24 |
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8.300 ∶ 8 |
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2.340 ∶ 15 |
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A partir del trabajo con la estimación de resultados, al igual que con otros contenidos,
se puede sistematizar lo aprendido. Por ejemplo:
- Una de las razones por las cuales el cálculo de división entera resulta más complejo
que otros cálculos tiene que ver con que, como resultado del procedimiento, se obtienen
dos números: el cociente y el resto. Esto solo sucede en el caso de esta operación.
Es importante abordar desde la enseñanza la relación entre estos dos resultados y el
problema que se busca resolver, así como la relación entre las distintas partes que conforman
el cálculo (el dividendo, el divisor, el cociente y el resto). A partir de instancias
colectivas de discusión se podría armar, por ejemplo, un cartel como el siguiente: