El docente retoma un fragmento de un cuento policial de Rodolfo Walsh, trabajado previamente
en una secuencia de lectura de cuentos policiales, para reflexionar con los alumnos
acerca del sujeto tácito.
Cuentos para tahúres
Salió nomás el diez, un cuatro y un seis cuando ya nadie lo creía. A mí qué me
importaba, hacía rato que ya me habían dejado seco. Pero hubo un murmullo feo entre
los jugadores acodados a la mesa del billar y los mirones que formaban rueda. Renato
Flores palideció y se pasó el pañuelo a cuadros por la frente húmeda. Después juntó
con pesado movimiento los billetes de la apuesta, los alisó uno a uno y, doblándolos
en cuatro, a lo largo, los fue metiendo entre los dedos de la mano izquierda, donde
quedaron como otra mano rugosa y sucia entrelazada perpendicularmente a la suya.
Con estudiada lentitud puso los dados en el cubilete y empezó a sacudirlo. Un doble
pliegue vertical le partía el entrecejo oscuro. Parecía barajar un problema que se le
hacía cada vez más difícil. Por fin se encogió de hombros.
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Después de leer el texto, el docente extrae algunas oraciones para que, en pequeños
grupos, busquen los verbos y discutan para tratar de identificar los sujetos en
cada una de ellas.
Renato Flores palideció y se pasó el pañuelo a cuadros por la frente húmeda.
Seguramente los alumnos señalarán los dos verbos de esta oración (predicado
compuesto) y no tendrán dificultades para identificar el sujeto.
Luego propone discutir el siguiente ejemplo:
Después juntó con pesado movimiento los billetes de la apuesta, los alisó uno a uno
y, doblándolos en cuatro, a lo largo, los fue metiendo entre los dedos de la mano
izquierda, donde quedaron como otra mano rugosa y sucia entrelazada perpendicularmente
a la suya.
Los alumnos comienzan identificando los verbos. El maestro puede llamar la
atención acerca de la manera en que el autor describe minuciosamente acciones
que podrían parecer triviales y qué efecto logra producir en el lector al lentificar
de este modo el relato.
Pide luego que vean cuál es el sujeto. Habiendo leído el cuento, los alumnos no
tendrán dudas en indicar que el sujeto es Renato Flores. El maestro pregunta
cómo lo saben, ya que no aparece en este fragmento. A partir del ejemplo, introduce
el concepto de sujeto tácito.
Les pide que continúen con la lectura del fragmento y vean si el personaje vuelve
a ser nombrado o si fue posible mantener el sujeto tácito sin confundir al lector.
Discuten, entonces, un nuevo ejemplo:
Me habían dejado seco.
El docente pregunta si se nombra el sujeto, si aparece anteriormente en el texto
y si el verbo ofrece alguna pista para identificarlo. Luego sintetiza las opiniones
de los alumnos señalando que, si bien en este texto no aparecen mencionados los
otros jugadores, el lector puede suponer que se habla de ellos por el sentido de lo
que se dice y por la persona verbal empleada.