Intervenciones con niños que producen escrituras silábicas

En el marco de un proyecto de estudio, los niños debían escribir una lista de animales que les interesase investigar. Se transcribe a continuación el registro de un fragmento de la clase y el análisis de las intervenciones docentes publicado en los materiales de la Especialización docente de nivel superior - Alfabetización en la Unidad Pedagógica.


Registro de clase Análisis de lasintervenciones docentes
Federico: Escribamos “oveja”.
Docente: ¿A todos les interesa poner en la lista “oveja”?
Federico: Sí, yo quiero saber cómo le sacan la lana.
Docente: Bueno, cuando vayamos a la biblioteca vamos a buscar la información, ahora tenemos que ponernos de acuerdo en quién escribe.
Lautaro: La escribo yo.
Docente: ¿Por qué no le preguntamos a Federico ya que él propuso el animal?
Lautaro: ¿Me dejás a mí?
Federico: Sí, yo ahora no quiero.
Lautaro: La “o” (toma el lápiz y alargando “o”, escribe O) “ve”, la “ve” (alargando la “e”, escribe E) “ja ja” (escribe A. Queda OEA).
Juan Manuel: Está mal (toma rápidamente el lápiz y escribe arriba de la E una V).
Retoma la relación entre la situación de escritura de los chicos por sí mismos y el propósito que se persigue: hacer un listado de los nombres de animales sobre los cuales les interesa saber más.
Docente: No escribas arriba, habíamos quedado en que cuando uno no estaba de acuerdo lo decía, para que el otro piense y lo acepte o no, pero no escribir arriba.
Juan Manuel: Entonces yo la escribo de nuevo.
No permite que un niño corrija la escritura del otro y justifica por qué, con lo cual propicia el respeto de cada uno por la escritura de los demás y favorece la posterior comparación entre las diferentes producciones.
Docente: Pero a mí me parece que sería importante que nos digas por qué no estás de acuerdo con lo que escribió Lautaro.
Juan Manuel: Porque “oveja” lleva la de “vaca” (de inmediato escribe OVA).
Solicita a un niño que explicite por qué rechaza la escritura del otro.
Docente: Señalá con el dedo cómo dice.
Juan Manuel: “o” (señala la O) “ve” (señala la V) “ja” (señala la A).
Pide lectura detenida de una palabra escrita por un niño.
Docente: ¿Por qué no la comparamos con la que escribió Lautaro? A ver, ¿qué piensan Brenda y Federico?
Brenda: Las dos tienen tres.
Federico: Sí, pero son distintas, empiezan con “o” y terminan con “a”, pero en el medio son distintas.
Incita a comparar escrituras producidas por diferentes niños y apela a la participación de los que no intervenían.
Docente: Tiene razón Federico: en el medio son distintas estas palabras. ¿Cuál será la que tiene que ir para que diga “oveja”?
Lautaro: “ve ve ve” (repite en voz baja, luego en voz alta) ¡La “e”, la “e”!
Juan Manuel: ¡No!, la de “vaca”.
Convalida la diferencia establecida por los niños y pregunta cuál es la letra necesaria para que diga la palabra que se intenta escribir.
Docente: Los dos quieren poner “ve”, pero no se ponen de acuerdo. ¿Qué les parece si pensamos palabras con “ve”, yo se las escribo y ustedes deciden? A ver, pensemos (nadie dice nada). Empiezo yo, “vela”.
Federico: “Velero”.
Señala cuál es el acuerdo y cuál el desacuerdo entre los niños y, al ofrecerse a escribir otras palabras que incluyan la sílaba en discusión, propone una posible solución.
Docente: ¡Bien, ya tenemos dos! Se las escribo (escribe primero VELA y luego VELERO).
Juan Manuel: Viste que va la de “vaca”. (Corre hacia una pared donde está la imagen de vaca con la palabra). ¡Va esta! (señalando V. Lautaro está desconcertado, pasa el dedo sobre la E de su escritura como si quisiera borrarla).
Docente: ¿Qué pensás Lautaro? (El niño no contesta). Creo que tendríamos que mirar bien las palabras que escribí. A ver, ¿acá qué escribí? (señalando VELA).
Brenda: “Vela”.
Docente: ¿En qué parte dice “ve”?
Federico: Hasta acá (señala VE).
Docente: ¿Hasta la “e”?
Federico: Sí, porque “ve” tiene “e”.
Docente: ¿Están de acuerdo en lo que dice Federico, que “ve” tiene “e”?
Los tres: Sííí.
Docente: Yo voy a hacer una cosa, voy a tapar las otras letras y voy a dejar donde dice “ve” (con una tirita de papel tapa LA en VELA, queda visible VE). Esta otra palabra ¿qué decía? (refiriéndose a VELERO).
Federico: “Velero”.
Docente: Vamos a dejar destapada la parte que dice “ve”. ¿Cuál es?
Juan Manuel: ¿Cuál va a ser? La misma.
Docente: ¿Entonces cómo tapo? (Juan Manuel toma la tirita que sobró de la otra palabra y deja en descubierto VE en VELERO). Ahora vamos a ver cómo puso “ve” Lautaro.
Lautaro: Me falta la de “vaca” (intercala la V, queda OVEA).
Docente: ¿Te parece que está bien así?
Todos: Sííí.
Federico: ¡La de Juan Manuel no tiene “e”!
Docente: ¿Qué pensás Juan Manuel? (Juan Manuel no contesta y pone la E, queda OVEA).
Brenda: En las dos quedó igual.
Docente: ¡Qué bueno que pensando nos pudimos poner de acuerdo! Federico todavía no escribió. ¿Qué vamos a poner en la lista?
Federico: Animales acuáticos ¿también se puede?
Docente: Si a vos te interesa saber, sí.
A partir de este momento, la maestra realiza varias intervenciones tendientes a que los chicos identifiquen una parte común en las dos palabras que ella escribió (VE) para que los niños puedan resolver su discusión y, eventualmente, reutilizar ese dato en su propia escritura.

Otras situaciones acordes con este nivel de conceptualización: 

  • Solicitar la escritura de palabras con diferencias mínimas, como el género. Por ejemplo, frente a esta escritura silábica representando “conejo” (CNJ), la docente pregunta cómo escribiría “coneja”.
  • Solicitar la escritura de palabras que presenten conflictos vinculados con la hipótesis de variedad en niños que utilizan solo vocales. Por ejemplo, “manzana” (donde la escritura resultante sería AAA), o “gato” y “pato” (AO y AO). Este tipo de intervenciones contribuye a que los niños enriquezcan la hipótesis silábica incorporando consonantes.
  • Solicitar la escritura de monosílabos que presenten conflictos relacionados con la hipótesis de cantidad. Por ejemplo, “pez”, “sol”, etc.